El pasado 9 de marzo, AIM Chile participó en el Webinar “Los niveles socioeconómicos en Latinoamérica – Una iniciativa para fortalecer la investigación”. La actividad fue organizada en conjunto a otras ocho asociaciones de investigación de mercado en Latinoamérica: AMAI México, Associação brasileira de empresas de pesquisa (ABEP), ACEI Colombia, Cámara de Empresas de Investigación Social y de Mercado del Uruguay (CEISMU), Cámara de Empresas de Investigación Social y de Mercado de Argentina (CEIM), SAIMO Argentina y ProDatos de Guatemala .
La líder del proyecto, Karen Argüelles, explicó que, gracias al esfuerzo de esas asociaciones, se logró integrar en un solo dashboard la información más relevante de los niveles socioeconómicos de la región. “Pertenecemos a una sola región y esto nos une, en cierta medida, en nuestra comprensión de los niveles socioeconómicos”, sostuvo. “Aunque seamos totalmente diferentes, tenemos que entendernos”, agregó.
Dada la importancia que tiene para muchos de los investigadores poder realizar comparaciones entre países, el dashboard presenta las estimaciones más actuales de cada uno de estos países para su consulta, acompañados con los documentos oficiales que sustentan las mediciones, emitidos por las distintas asociaciones. La visualización se encuentra disponible en la web de AMAI y en el nuevo sitio web de AIM en la sección GSE.
Los modelos de clasificación socioeconómica de la región
Cristián Munita, de AIM Chile, agradeció la oportunidad de ser parte de esta iniciativa, y destacó “el gran aporte” que representa para la investigación de mercado en la región. Además, explicó la Clasificación de Grupos Socioeconómicos de Chile y cómo ha sido el avance de las variables a lo largo de la historia de la investigación de mercado en el país. “Hoy tenemos un método muy robusto y con actualización frecuente”, destacó. “Esto nos garantiza tener una información de muy alta calidad, muy simple y con una frecuencia que nos permite, por su construcción, comparar en sus distintos períodos”, concluyó.
Oscar Muraro, representante de SAIMO y CEIM, explicó que en el caso de Argentina el diseño conceptual de su modelo está basado en el concepto tradicional de capacidad de consumo del hogar, con criterios de clasificación consensuados con los profesionales de investigación de mercado. Además, se utilizan estadísticas públicas y se procura un algoritmo estilo árbol de decisión, en lugar de un índice.
En el caso de Brasil, Luis Pilli, de la Asociación Brasileña de Empresas de Pesquisa, detalló que el diseño conceptual se basa en la renta, la educación, las condiciones de vivienda, servicios públicos y posesión de bienes, de acuerdo con el Criterio de Clasificación Económico de Brasil.
En tanto en Uruguay, Santiago Peyrou, de la Cámara de Empresas de Investigación Social y de Mercado, sostuvo que su índice se compone de un total de 15 variables en su versión completa y de 8 en su versión reducida, que va desde la región geográfica hasta la tenencia de lavarropas.
En Colombia, Leandro Izquierdo, de la Asociación Colombiana de Empresas de Investigación de Mercados y Opinión Pública, detalló que la estratificación no es una clasificación por capacidad de pago de los hogares, sino que se basa en las viviendas, y se usa para subsidios y tarifas a aplicar de los servicios. Se basa principalmente en la ubicación urbana o rural, características físicas de la misma y en el entorno.
Ya en Perú, explicó Samuel Sánchez, de la Asociación Peruana de Empresas de Inteligencia de Mercados, el modelo considera el nivel educativo y tipo de sistema de salud del jefe de hogar, así como el tipo de vivienda, los servicios disponibles en esta y los equipamientos del hogar. Son un total de 13 variables con una sumatoria que va del 0 a los 50 puntos.
En Guatemala, sostuvo Anely Monzón, de PRODATOS, la estimación del estándar de vida en el hogar se basa teniendo en consideración las dimensiones de bienes de confort, bienes de funcionamiento básico, personal de apoyo y las variables físicas del hogar.
Finalmente, en México, explicó Javier Suárez, de AMAI, el modelo se desarrolla bajo un marco conceptual que considera seis dimensiones de bienestar del hogar: capital humano, infraestructura práctica, conectividad y entretenimiento, infraestructura sanitaria, planeación y futuro e infraestructura básica y espacio.
Los diferentes exponentes también explicaron el alcance, así como las limitaciones de la regla, una nota metodológica, los datos históricos, los niveles de desagregación de la información de los niveles socioeconómicos y su frecuencia de actualización.
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