La nueva ola migratoria ha significado una serie de cambios en el país, que van desde políticas públicas hasta aspectos sociales. Ciertos municipios, por ejemplo, han terminado cambiando su perfil demográfico debido a la gran concentración de extranjeros. Es el caso de Santiago Centro o Independencia, donde, según datos de las municipalidades, uno de cada tres residentes no es de origen chileno.
No es algo menor. Si en 2015 la Casen informaba que la población migrante en Chile era de 465.319 personas, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas dadas a conocer a fines de 2021, en el país viven hoy más de un millón 400 mil personas migrantes.
De estas, el 50,9% son hombres, el 49,1% son mujeres y sus principales países de origen son Venezuela (30,7%); Perú (16,3%); Haití (12,5%); Colombia (11,4%) y Bolivia (8,5%). Asimismo, casi la mitad (48,0%) de las personas extranjeras tienen entre 25 a 39 años, mientras que los mayores porcentajes se concentran en el grupo quinquenal entre 30 a 34 años (17,8%) y en el grupo de 25 a 29 años (16,8%).
Vale preguntarse, entonces, qué cambios puede suponer la migración al mercado. Ya hay algunos bastante notorios.
Nuevos productos en las góndolas
Marlis Riedel, New Business Manager de Kantar Worldpanel, comenta que en los últimos años se ha podido observar cómo nuevos productos llegan al mercado chileno producto de la demanda efectuada por los migrantes.
“Ejemplos de ello pueden ser la harina de arepa o el maltín, que son productos que antes no se comercializaban de manera tan masiva en nuestro país. Esto permite que los consumidores vean crecer la oferta de productos y conozcan nuevos que con el tiempo lo puedan integrar en su canasta”, sostiene.
Otra de las categorías donde se ha observado un mayor cambio ha sido en la de “cuidado personal”, donde en el área de maquillaje el mercado ha incorporado nuevas tonalidades en productos como la base, detalla la experta. “Otro de los grandes cambios ha sido con los productos de tratamiento para el cuidado de las uñas, que se están convirtiendo en infaltables tanto para mujeres como hombres”, añade.
En relación a lo que consumen los migrantes, Marlis Riedel sostiene que “las categorías de lácteos, bebestibles y cuidado personal son las principales. Incluso hay categorías donde la penetración que tienen es superior a la del shopper chileno, cómo es en galletas dulces y jugos líquidos, donde están un 2% más penetrados. En la categoría de snacks la diferencia es de 4%”.
Desafíos para la investigación
Pese a lo anterior, Jorge López, gerente de Ipsos Chile, plantea que todavía hace falta que la industria de investigación de mercado profundice en esta materia. Asimismo, destaca que desde los proyectos de gobierno el tema migratorio todavía tiene muy poco abordaje reciente y de profundidad, y que probablemente ha cambiado mucho en los últimos dos años -desde el comienzo de la pandemia en Chile-.
Desde la banca y la academia, sin embargo, ya hay algunos indicios que pueden servir para la investigación de mercado. En 2020, por ejemplo, el Banco Itaú en Chile reveló, en una columna publicada en el Diario Financiero que los migrantes ahorran una parte importante de sus ingresos, que envían a su país de origen, por lo que sus gastos en consumo en un mes difieren mucho de los de los chilenos. “Si bien trabajan y muchas veces ganan sueldos comparables, los migrantes gastan una menor fracción de sus ingresos que los chilenos”, concluyó el banco.