Personas mayores, un grupo que debe ser cada vez más protagónico en la investigación de mercado

Con una sociedad que cada vez vive más, distintos expertos plantean que no se debe poner en un mismo grupo de investigación a todos los mayores de 65 años.

Mercado
Personas mayores, un grupo que debe ser cada vez más protagónico en la investigación de mercado

En la década de 1990, solo 75 personas de todo Chile tenían más de 100 años. Sin embargo, en el censo de 2017, se reportaron más de 5.000 personas con esa edad.

Hoy, la expectativa de vida en el país es de 82 años, y recientemente el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) estimó que para 2050 el 32% de la población será mayor de 60 años.

Frente a esos datos, sin embargo, “en el ámbito del research, cuando uno hace una investigación, corta hasta los 65 años, y no nos hemos ido actualizando, pese a que el aumento de la esperanza de vida también ha significado que muchas personas, a sus 70, 75 u 80 años están cognitivamente bien y son potenciales consumidores o tomadores de decisiones”, comenta René Nanjarí, socio director de Datos Claros Chile. Por ello, afirma, es un deber de la industria “hacer ver a los clientes que hay un mercado activo que debemos entender y estudiar”.

Paula Herrera, co-founder de la startup Circuloten, que busca mejorar la salud mental de las personas mayores de 50 años impulsando su desarrollo social, físico y cognitivo, coincide. “Uno de los segmentos que más ha crecido y lo seguirá haciendo a futuro son los mayores de 50 años (economía plateada). Sin embargo, se sabe muy poco acerca de ellos, de sus dolores, necesidades, gustos y deseos”, dice. “Por lo tanto, existe una tremenda oportunidad para las marcas y empresas, dado que es un segmento aún muy invisible y desatendido”, añade.

Claudia Miranda, directora del Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE) y académica de la UNAB, hace énfasis en que los estudios debieran tener en consideración una mirada más realista de la vejez: “Se debe dejar atrás la mirada edadista, en la que todas las personas mayores aparecen como deterioradas física o mentalmente, para dar lugar a una mirada más realista, en la que la vejez sea considerada como un período del ciclo vital extenso, que puede durar 25 o más años y, por ello, involucra bastante heterogeneidad”.

“Por ejemplo, así como podemos encontrar personas mayores que participan socialmente y/o que ejercen un rol importante a nivel familiar, también existen personas mayores solas o con algún nivel mayor de dependencia funcional, cuyas motivaciones son diferentes a las del primer grupo. En consecuencia, es importante considerar que las vejeces son diversas, no sólo en términos del grado de autonomía y dependencia (que va cambiando a lo largo de dicho período), sino también de la variedad de intereses, roles y contextos en que se desenvuelven las personas mayores”, afirma Claudia Miranda. “Tener esto en cuenta en estudios de mercado u opinión permitiría responder de manera más adecuada a las diferentes necesidades que presenta dicho grupo etario”, agrega.

Los 50, 60, 70, 80 años o más, sostiene Paula Herrera, “representan una tremenda oportunidad para el mercado, por lo que es necesario conocer a cada uno de ellos mejor y profundizar, para poder crear productos y servicios que resuelvan un problema real y valorado por los usuarios”.

Hasta ahora, destaca René Nanjarí, hay marcas que se han ido especializando en personas mayores, mientras otras no lo han hecho, pero sí llegan a ese público. “No obstante, muchas veces no lo estudian. ¿Y por qué no lo hacen? Puede ser porque no han visto el valor de ese segmento con sus distintas particularidades. Pero lo más importante es poder entender su consumo, qué están consumiendo, con qué frecuencia, con qué diferencias… Porque es un segmento que, sin duda, es importante en términos de cuantía”, explica.

“Sin duda la industria de la investigación puede empujar en ello y ejercer un rol para sumar a personas de mayor edad en las investigaciones. Tenemos la responsabilidad de transmitir y dar a conocer a nuestros clientes que, con la esperanza de vida en 82 años, las condiciones fisiológicas, cognitivas de las personas mayores no es la misma de hace 50 años, por tanto, ¿por qué excluir –en su percepción, en su conocimiento– a una persona de 70 años que tiene la capacidad de transmitir una idea? Hay una gran responsabilidad en ese sentido”, concluye.

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