El 26 y 27 de octubre se inicia un nuevo ciclo electoral en Chile, con las elecciones de Gobernadores Regionales, Consejeros Regionales, Alcaldes y Concejales, periodo que continúa en 2025 con las elecciones presidenciales y parlamentarias. En este contexto, expertos en investigación de opinión pública se reunieron para conversar sobre encuestas y periodos electorales en el webinar Diálogos AIM el pasado viernes 6 de septiembre.
La instancia fue moderada por Paulina Valenzuela, socia directora de Datavoz, y contó con un diálogo abierto entre Axel Callís, director de TúInfluyes.com, Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa Chile, Alejandra Ojeda, gerenta de Asuntos Públicos de Ipsos, y Juan Pardo, socio y director de estudios en Feedback. Además, en el evento expuso Fabián Echegaray, presidente de WAPOR Latinoamérica.
Chile: uno de los países con el blackout de encuestas más extenso en elecciones
En Chile, la ley establece que quince días antes de una elección no se pueden divulgar resultados de encuestas de opinión pública referidas a preferencias electorales. El país es uno de los quince en América Latina con este tipo de restricciones. Según WAPOR Latinoamérica, esta es la región con más limitaciones para la publicación de encuestas, donde el blackout promedio es de dos semanas, aunque en algunos casos puede extenderse hasta treinta días.
Fabián Echegaray, presidente de WAPOR Latinoamérica, explicó que una de las labores de la organización es defender la libertad de conducir y publicar encuestas. “Hoy, somos la región que se enfrenta con mayores restricciones, lo que representa una limitación y un obstáculo para el ejercicio de nuestra profesión. Además, que no se puedan publicar encuestas antes de una elección sólo perjudica a la ciudadanía”, declaró.
Respecto a este último punto, Alejandra Ojeda coincide con que la prohibición de divulgar encuestas previo a la elección en Chile es uno de los riesgos que hoy enfrenta no sólo la industria, sino también el funcionamiento de la democracia. “Es un escenario que está condicionando el acceso a la libre información y por lo tanto a la calidad de la información. El punto es que hay una asimetría, porque las encuestas se siguen haciendo y quienes tienen acceso a esos resultados son quienes pueden pagar”, aseguró.
¿Cómo operan las encuestadoras durante los periodos electorales?
Durante el webinar, Alejandra Ojeda argumentó que son tres los usos principales que tienen las encuestas para las campañas electorales. “El framing es el rol más importante. Un segundo uso es el factor correctivo, ya que prendemos alertas sobre fenómenos presentes en la sociedad permanentemente. Además, somos capaces de entregar información relevante para que se ajusten contenidos de campañas políticas”, explicó.
Juan Pardo, por su parte, comentó cómo las tecnologías digitales han facilitado la proliferación de encuestas realizadas por ciudadanos, muchas veces sin la rigurosidad adecuada, que son masificadas durante períodos eleccionarios. “Hoy cualquiera puede hacer una encuesta en redes sociales y convertirse en un actor relevante, pero sus mediciones están lejos de cumplir con los estándares que nuestro trabajo exige”, afirmó.
En base a esto último, Ramón Cavieres y Axel Callís coincidieron en que la desinformación es uno de los principales desafíos que enfrenta la industria. “Durante el periodo eleccionario se genera una bulla comunicacional con encuestas de último minuto, que dependiendo de la línea editorial de los medios obtienen mayor visibilidad que las encuestas más tradicionales”, apuntó Cavieres.
Axel Callís añadió que debido a que “el efecto de los medios de comunicación es bajo comparado con otras fuentes de información, por ejemplo, en Estados Unidos las encuestas de influencers generan mayor opinión política que las de universidades o agencias importantes”. Además, subrayó la necesidad de educar tanto desde la industria como desde los medios para enfrentar este problema.
Un nuevo escenario político en Chile con el voto obligatorio
El próximo ciclo electoral en Chile marcará el debut del voto obligatorio fuera de los procesos constitucionales, lo que representa un desafío importante para la industria de la opinión pública. Juan Pardo, apuntó que este cambio introduce nuevas variables en los estudios de opinión y el perfil del votante ya no será tan predecible. “Estábamos acostumbrados a un ejercicio donde era más o menos fácil predecir al votante habitual, pero con la vuelta del voto obligatorio ahora tenemos un porcentaje importante de votantes que no sabemos para dónde va y que es el famoso votante obligado”, mencionó.
Ramón Cavieres advirtió sobre lo volátil que se ha vuelto el electorado en el último tiempo y que las elecciones se están definiendo más cerca del último mes o la última semana. “Hay un desafío grande que tenemos las empresas de hacer buenos pronósticos, incorporando lo que hoy se llama el tracking. Ya no basta con pronosticar a un mes o a una semana, sino pronosticar bien las tendencias”, señaló.
Sobre esto, Axel Callís comparó la situación con otros países como Estados Unidos, donde se realizan encuestas diarias debido a la cantidad y diversidad de información disponible, lo que provoca cambios en la opinión pública en cuestión de días, especialmente en los grupos que definen la elección. “La pregunta que yo me hago es si se pueden hacer hoy pronósticos electorales que tengan sostenibilidad de al menos tres días, yo lo veo cada vez más complejo,” afirmó.