¿Podrá Chile mantener el clima de menor polarización?

El Segundo Estudio Nacional de Polarizaciones de Criteria evidenció una disminución en la polarización. Sin embargo, el inicio de un próximo contexto electoral y los pocos incentivos al diálogo presentes en las instituciones, ponen en riesgo el reciente clima de diálogo.

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¿Podrá Chile mantener el clima de menor polarización?

Criteria, en colaboración con la Fundación 3xi, presentó la segunda versión del Estudio Nacional de Polarizaciones, un sondeo que fue aplicado a tres mil personas mayores de 18 años. El informe abordó diversas dimensiones, entre las que destacan: la polarización, entendida como la brecha de opiniones en enunciados políticos y sociales entre personas de izquierda y derecha; la polarización subjetiva, referida a la percepción sobre las opiniones del otro; y la disposición al diálogo, medida a través del acuerdo con enunciados relacionados con el diálogo y la colaboración.

Tres hallazgos clave

Respecto a la polarización política, trece de las dieciocho frases encuestadas presentaron una reducción en la brecha entre lo que piensan personas de izquierda y derecha. Además, disminuyó la polarización subjetiva: quince de los dieciocho enunciados mostraron una menor distancia percibida. Finalmente, una alta disposición al diálogo aumentó del 27% al 36%. “Lo más interesante y lo que hay que subrayar en grande es que hay una disminución de la polarización. Ya sea porque la izquierda se acercó más a la derecha o porque la derecha se moderó. Es una buena noticia”, subrayó Diego Córdova, director de Cuentas de Criteria.

La tendencia a la baja de la polarización la han podido observar en distintos estudios de opinión. De acuerdo a Córdova, se explica por el ferviente contexto electoral que ha vivido el país en los últimos años: “En muy poco tiempo la ciudadanía, a propósito de los procesos constituyentes, experimentó alternativas muy extremas, como la Lista del Pueblo por la izquierda, y luego se el Partido Republicano por la derecha. A la ciudadanía estas propuestas muy polarizadas se le empezaron a caer y comenzaron a valorar liderazgos de gestión, del hacer antes que el decir”.

Otro punto clave del estudio es que el pasado sigue siendo aquello que más divide a los chilenos: donde existe una mayor brecha es en la valoración del periodo político posterior al golpe de Estado de 1973. Un tercer hallazgo es que, a nivel subjetivo, es decir, lo que las personas de izquierda creen que piensan las personas de derecha –y viceversa–, hay una reducción también en ese prejuicio, lo que se podría concluir como una mayor disposición a conversar con el otro.

El papel de las instituciones

No obstante, la disminución de la polarización y el aumento en la disposición al diálogo peligra en un contexto político, local y mundial, donde los incentivos van en contra. Según Diego Córdova, la política del espectáculo, la nueva esfera pública y las características del sistema electoral local invitan a la individualización, lo que potencia la polarización. Además, las oposiciones del último tiempo han sido poco colaborativas y se ha desarrollado una política adversarial, que es amplificada por los medios de comunicación, donde vende mucho más el enfrentamiento.

“La mirada mundial es más bien al desencuentro. Por más que esté la cordillera, no estamos aislados ni inmunes a las tendencias globales. Si no tenemos buenas instituciones que incentiven lógicas más moderadas, este incipiente escenario de moderación que nos muestra el Estudio y las últimas elecciones municipales y regionales se va a desvanecer”, explicó el director de Criteria. Añade que sin una respuesta institucional, como por ejemplo la reforma al sistema político, esta disposición de la ciudadanía por el diálogo no durará mucho tiempo más.

Menos polarización, ¿mayor cohesión social?

No exactamente, advierte Diego Córdova. Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que aumenta el apoyo de las izquierdas y las derechas a la idea de que “cuando hay mucha injusticia social, se justifican las manifestaciones con rayados, barricadas y bloqueos de calles”. El respaldo a esta idea crece 7 puntos en la izquierda (de 51% a 58%) y 11 puntos en la derecha (de 21% a 32%). “Es preocupante. Crece en ambas direcciones, pero en la derecha sigue siendo minoritaria y en la izquierda hay una porción importante de personas en desacuerdo. De todos modos, esto nos invita a repensar cómo la democracia responde a las demandas de las personas. Aunque las últimas elecciones hayan favorecido fuerzas moderadas y reducido la polarización, la rabia persiste”, señaló Córdova.

Asimismo, el estudio evidenció que los jóvenes entre 18 a 29 años presentan menor disposición al diálogo.  “Es algo que hemos observado en otros estudios. Son los hijos de las redes sociales, y ya no están vinculados con el compartir sino con generar tribus donde el otro es visto como un enemigo”, apuntó.

Los riesgos que traen las presidenciales del 2025

En noviembre del próximo año se desarrollarán las elecciones presidenciales y parlamentarias, lo que para el director de Criteria sin duda representa un riesgo a que se establezca un clima de polarización. “Las elecciones presidenciales por su dinámica tienen un potencial polarizador, que es fuerte sobre todo en las primeras vueltas. Y dependerá fuertemente de los candidatos que pasen a segunda vuelta”, mencionó.

Córdova advierte que, a pesar de los candidatos, si la disminución de la polarización en la ciudadanía no tiene un correlato a nivel institucional, se desvanecerá rápido. “No estamos inmunes de las tendencias polarizadores, si no tenemos buenas instituciones que pongan incentivos a instintos más moderadores”, agregó.

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