Sólo una de cada tres personas piensa que la pandemia está controlada y que terminará pronto. Así lo refleja la undécima encuesta global que Ipsos realiza exclusivamente para el Foro Internacional de Seguridad de Halifax.
Los ciudadanos del mundo se han vuelto más locales, más críticos con el comportamiento de otros países (China en particular) y más preocupados por el estado general del mundo y los peligros que afectan a su propio país.
La mirada es proteccionista: el 67% cree que las fronteras de su país deben cerrarse y no permitir la entrada o salida de personas hasta que el COVID-19 esté contenido; y 8 de cada 10 personas (78%, 5 puntos más que el año pasado) opina que las preocupaciones económicas significan que su país debería centrarse menos en el mundo exterior y más en casa. Sobre este último indicador el 85% de chilenos y chilenas opina lo mismo. Esos son los algunos de los datos que arroja la undécima encuesta que Ipsos realizó –a más de 21.000 adultos en 28 países– para el Foro Internacional de Seguridad de Halifax.
Hasta el 2017 una proporción cada vez mayor de ciudadanos del mundo creía que China tendría un impacto positivo en la próxima década. Ahora sólo el 42% piensa que ese país tendrá una influencia general positiva en los asuntos mundiales de los próximos 10 años, frente al 53% en 2019 y el 58% en 2017. Si bien el declive de China es pronunciado, desde 2017 los ciudadanos del mundo son más escépticos sobre el impacto positivo que la mayoría de los países tendrán en los asuntos internacionales.
La mirada sombría también se refleja en el 82% que está de acuerdo en que el mundo se ha vuelto más peligroso en el último año (2 puntos más que en 2019). Otra evidencia del pesimismo es la respuesta a la pregunta de si las y los encuestados creen que hay más cosas que mejoran en el mundo respecto de las que empeoran.
Los residentes de los países del G7 respondieron de manera pesimista (21% está de acuerdo en Japón, 27% en Francia, 31% en Italia, 37% en Canadá, 38% en Estados Unidos), mientras que aquellas naciones menos avanzados económicamente creen que las cosas están mejorando en general (80% en China, 72% en India, 58% en Brasil, 58% en Rusia).
La percepción de los peligros también ha cambiado. Según la encuesta, un 78% de los ciudadanos (27 puntos más que el año pasado) considera que una epidemia de salud es la principal amenaza para la seguridad en todo el mundo, desbancando así a la piratería con fines fraudulentos o de espionaje que, históricamente, habían encabezado la lista de amenazas percibidas.
La encuesta muestra que muchos ciudadanos no confían en sus gobiernos o sus agencias para responder de manera efectiva a una epidemia de salud. Sólo el 53% se fía en la capacidad de sus gobernantes en este sentido, con opiniones que van desde el 72% en India al 32% en Francia.
El estudio también refleja que existe una creciente sensación de que el poder económico es más importante que el poder militar (80%, 2 puntos más que el año pasado). A pesar de que las y los ciudadanos creen que el mundo se está convirtiendo en un lugar más peligroso, la minoría (46%, 5 puntos menos) sostiene que su gobierno necesita gastar más en el ejército de su país. De todos los países medidos, en Chile es donde la ciudadanía menos se inclina a gastar más en poder militar con solo 22%. Este indicador baja ostensiblemente en casi todos los territorios: Estados Unidos (49%, -10), Canadá (45%, -7), Gran Bretaña (45%, -8) y Brasil (49%, -6) entre otros.
Sobre el desempeño de la Organización Mundial de la Salud en esta pandemia, el universo de los encuestados está dividido prácticamente a la mitad: el 53% dice que ha demostrado un buen liderazgo. Y, en evaluaciones globales, Nueva Zelanda encabeza la lista de los países que mejor han enfrentado la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.