Las encuestas representan un instrumento informativo poderoso que en muchas ocasiones ha sido mal utilizado. Sea por desconocimiento por parte de los periodistas, por la incapacidad de discriminar encuestas de calidad de aquellas que no cumplen con los estándares o por presentar de manera tendenciosa los resultados, hoy las universidades y espacios académicos enfrentan el importante reto de educar a los estudiantes en estos temas.
Carlos Franco, Director del Observatorio de Datos en Periodismo y docente de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), considera que “las encuestas son menos malas que quienes las interpretan. Muchas veces se toma una encuesta y se dice <<no confíes en ella porque se ha equivocado otras veces>>. Claro, se puede equivocar la encuesta, pero en realidad el tema es quién está confiando en ella”.
Desde 2013 la UAI ha implementado una serie de cambios en la malla que busca formar a los estudiantes en periodismo de datos. En esta misma línea, en 2017 se creó el Observatorio de Datos en Periodismo, un espacio donde alumnos voluntariamente se forman en verificación y fact-checking. Esto, ante la necesidad de enfrentar la “infoxicación” existente.
Por otro lado, la Universidad Católica durante los últimos años ha desarrollado un cambio curricular que, según explica Luz Márquez de la Plata, directora de Periodismo de la casa de estudios, “busca formar a un periodista mucho más crítico. El futuro de nuestra profesión está en la posibilidad de entregar más datos y chequeos a la ciudadanía y, desde esa perspectiva, el tema de las encuestas siempre ha estado presente en nuestro trabajo”.
¿Cómo enseñar a diferenciar encuestas?
Luz Márquez de la Plata, periodista, docente y magíster en Comunicación Social, señala que, en muchas ocasiones, “dada la velocidad y la vorágine vemos que se publican encuestas con muestras muy pequeñas y con un margen de error gigante. Pero la verdad es que son los mismos periodistas los que las empiezan a validar en este ánimo de estar entregando información constantemente”.
Así, y ante la creciente cantidad de organizaciones que publican encuestas y estudios, incorporar ramos que enseñen a leer estos documentos se convierte en algo crucial. En esta línea, el docente de la UAI, quien además es licenciado en comunicación social y especialista en comunicación estratégica y big data, señala que las encuestas forman una parte crucial de esta rama del periodismo. “Las encuestas son fuentes entrevistables, y como fuente uno tiene que primero preguntarse si es la mejor o si tiene conflicto de interés. Para esto, hay que saber quién la hizo y con qué criterios la desarrolló. Ahí es donde uno tiene que hacer la revisión de qué características tiene el estudio”.
Para hacer esta diferenciación, un grupo de académicos de la UAI liderado por Franco creó Reportero de Datos, una instancia abierta y orientada a periodistas que enseña a leer fichas técnicas, entender la población geografía y el tamaño de la muestra, además de una serie de insumos como el diseño muestral, el margen de error, las técnicas de recolección de datos, entre otros.
Por su parte, la Universidad Católica, ha orientado sus esfuerzos a un cambio de mirada en la forma de hacer periodismo: “Es tan veloz el crecimiento del conocimiento que nuestra mirada debería ser a cómo desarrollamos un espíritu crítico constante. Más que enseñarles específicamente la metodología de la investigación, buscamos apuntar a un cambio más profundo y en la medida que logremos este cambio, vamos a lograr formar profesionales capacitados”.
Las razones detrás de la crisis
Según el estudio ¿Para qué me invitan si saben cómo me porto?, realizado por Datavoz y Fases durante el primer semestre de este año, los medios de comunicación enfrentan una importante crisis de confianza posicionándose como el cuarto grupo de actores sociales y del mercado con menor confianza, alcanzando un -39%.
Esta desconfianza, sin embargo, no es nueva. Así lo explica Franco, señalando que “nos vemos enfrentados a un dilema que no es nuevo y que tiene que ver con la vida práctica de los medios. La industria está enfrentando un problema de financiamiento y eso genera que sus criterios sean bajos y por esa razón son capaces de publicar encuestas que no tienen mucho rigor metodológico, pero resulta que generan clicks. En eso hay un tremendo desafío para nosotros”, señala.
En esta misma línea, Luz Márquez de la Plata asegura que, esta revisión de las debilidades se traduce en un cambio curricular, “en temas de desinformación nos hemos dado cuenta que los periodistas son capaces de detectar la desinformación, pero hemos sido incapaces de mostrarle a la gente que está siendo desinformado. La verdad es que el público no sabe hacerlo, se guía por su sesgo de confirmación mucho más que por su razón (…) Hay que enseñarles a las personas a ver las fuentes, los datos, con cuánta gente se hizo una encuesta, quién la hizo, mostrar el paso a paso. Preguntarse si es una empresa que ha aparecido recién o una empresa con experiencia y rigurosidad”, apunta la periodista.
De esta forma, la crisis de hoy, argumenta el director del Observatorio de Datos en Periodismo, se da por una falla no solo en el sistema de medios, sino que también en las mallas curriculares. “Si los estudiantes no tienen una formación temprana en estas materias, es probable que en el camino terminen creyéndole a estudios fraudulentos y eso es una falla estructural en lo que vas a comunicar. El insumo fundamental es qué voy a decir y una fuente importante de eso son las encuestas”, concluye.
