El pasado 27 de enero ingresó al Congreso un nuevo proyecto de ley que busca eliminar completamente la prohibición de divulgar resultados de encuestas en los días previos a una elección o plebiscito, y que hoy se encuentra en el primer trámite constitucional. Se trata de una iniciativa distinta a la original que propone acortar sensiblemente el periodo de veda para la publicación de encuestas electorales.
Este es, sin duda, un tema muy relevante para la AIM y nuestra posición al respecto está alineada con la industria a nivel global, en el sentido de eliminar cualquier tipo de restricción para la circulación de información que proviene de fuentes reconocidas. Esta materia ha estado en el centro de nuestras preocupaciones desde hace décadas, porque todos los esfuerzos regulatorios orientados a restringir los datos sobre las elecciones tienen, por supuesto, motivaciones muy variadas: desde los intentos por restringir el conocimiento público de algún dato relevante, hasta las sospechas de operaciones políticas de última hora, con encuestas de orígenes dudosos.
En el caso específico de Chile, hemos pasado de una legislación que era casi inexistente o muy laxa, a una de las más restrictivas del mundo, con 15 días de moratoria en los que no se puede publicar resultados de encuestas sobre preferencias electorales, lo que nos ha puesto, como país, en una posición muy alejada de los estándares internacionales. A nosotros nos parece tremendamente peligroso que se legisle para restringir la circulación de información, porque lo que aseguran las encuestas es la democratización en el acceso a los datos. Estas restricciones no evitan que algunos sectores privilegiados dispongan de información sobre preferencias electorales: un claro ejemplo es que en las dos últimas elecciones en Chile había un sinnúmero de encuestas circulando, a través de WhatsApp, hasta el día anterior de las votaciones.
Ahora, la pregunta es: ¿Cuán ideal es que no haya ninguna restricción de fechas para la publicación de encuestas en días previos a las elecciones? La experiencia nos ha indicado que mientras más cercano al momento de la elección se toman los datos, aumentan considerablemente las probabilidades de que las encuestas se acerquen a los resultados de esta. A diferencia de lo que se suele argumentar, esto no genera un efecto decisivo sobre los indecisos, ya que la mayoría de los electores llegan a las urnas con el voto decidido.
De todas maneras, para AIM es importante que se definan con precisión las condiciones de mayor rigurosidad para poder publicar data de estudios políticos, en particular en los días previos a las elecciones. Estas pueden ser entrega de información adicional sobre el mandante o financista de los estudios, además de una completa ficha técnica que permita evaluar la calidad de las muestras, lo que está en línea con nuestro objetivo gremial de poder entregar a las empresas una certificación de calidad sobre sus procesos.
En la medida que el mercado y la propia ciudadanía empiece a poner condiciones de calidad para la entrega de los datos, hay un incentivo para que las empresas, las instituciones y los profesionales que se dedican a las encuestas electorales, se acerquen a nosotros para suscribir los estándares de calidad que nos hemos impuesto como industria, lo que finalmente contribuye a nuestra propia sustentabilidad como organización gremial. En este sentido, pertenecer a AIM es una garantía para el mercado de que las empresas asociadas disponen de un estándar de calidad verificable y auditada de manera externa. Por eso hoy es más necesario que nunca que las empresas que realizan estudios se incorporen decididamente a la AIM, ya que es muy importante para el prestigio de nuestra actividad estar alineados y garantizar a la ciudadanía que el trabajo se hace de manera profesional.
