Cristián Munita, gerente de Criteria
“Lo que podemos evidenciar con claridad es que la ciudadanía está poco involucrada con el actual proceso constituyente. Si en abril del 2021, 6 de cada 10 personas se mostraba bastante o muy interesada en el proceso de cambio constitucional anterior; este número ahora llega apenas al 31% de los encuestados en el mismo mes de 2023”, comenta Cristián Munita.
Si bien el experto destaca que los ciudadanos mayoritariamente coinciden en que es necesario cambiar la constitución imperante, ellos mismos no se sienten afectivamente vinculados al proceso actual. “El problema no es sólo que las personas se sientan distantes del proceso, sino que, más grave aún, quienes sí tienen mayores nociones al respecto, tienen una mirada negativa sobre el mismo”, afirma.
Mientras el nuevo proceso fue celebrado por la clase política como una prueba viviente de que los políticos, transversalmente, podían lograr un acuerdo que permitiera a Chile avanzar en un nuevo pacto social, para los ciudadanos “es visto como un proceso que está hecho a la medida de los políticos y de espaldas a los intereses y urgencias de las grandes mayorías”, menciona.
Lo explica: “La existencia de un comité de expertos seleccionados por el Congreso no ayudó a dotar de legitimidad ciudadana a este proceso. Si bien las personas clamaban porque en un nuevo intento, los expertos tuvieran un papel relevante en la redacción de una nueva constitución; estos expertos –para las personas– debían ser electos democráticamente por la ciudadanía y no designados a imagen y semejanza de los partidos políticos”.
Paulina Valenzuela, directora ejecutiva de Datavoz
Una posibilidad real es el aumento de votos nulos o blancos en la elección. “Tanto por el nivel de desconocimiento como por el de desinformación que hay en el electorado”, afirma Paulina Valenzuela, añadiendo que también es probable que la abstención aumente respecto del plebiscito del 4 de septiembre que fue cercano al 15%. “Ahora podría superar el 20%”, dice.
“Lo complejo de esto es que, si ocurre así, estaría mostrando que el nuevo diseño constitucional no tiene capacidad de conectar con el ciudadano, en todo el espectro, desde los más politizados a los menos interesados”, advierte.
Juan Pardo, director de Feedback
En la última encuesta de Feedback realizada para el Laboratorio Constitucional de la UDP, los principales resultados confirman las tendencias ya observadas en otros estudios de socios de AIM como los realizados por Tú Influyes, Datavoz e Ipsos. “Vemos que existen niveles muy altos de desinformación sobre el proceso constituyente. El 83,5% declara estar poco o nada informado sobre el nuevo proceso, sin embargo, 71,8% señala que asistirá a votar”, comenta Juan Pardo.
Las principales razones para ir a votar se asocian con deber cívico, a la vez que se advierte un bajo conocimiento de los candidatos y una baja legitimidad del proceso y alta incertidumbre sobre aprobación de texto constitucional.
“El punto de legitimidad del nuevo proceso es complejo y preocupante, ya que este renovado impulso de los distintos sectores políticos para acordar un nuevo texto constitucional genera niveles muy bajos de interés. La sensación de que se trata de un proceso tutelado con márgenes estrechos definidos por el establishment político actúa como barrera para gatillar la motivación ciudadana. A menos de 15 días de las elecciones no existe clima electoral y si la gente concurre a votar masivamente solo lo harán por razones prácticas, muy alejadas de una genuina vinculación con el proceso. En el horizonte asoma el riesgo de un nuevo fracaso, cuyas consecuencias son difíciles de advertir todavía”, sostiene.
Rodrigo Mayorga, historiador y director de Momento Constituyente
Rodrigo Mayorga ha estado atento al debate constituyente desde el estallido social. Cuando, en el plebiscito de 2020, una mayoría aprobó iniciar un proceso de escritura de nueva Constitución, él fundó una organización ciudadana, política y autónoma centrada en la educación cívica, ciudadana y democrática del proceso constituyente.
Director ejecutivo de Momento Constituyente, Mayorga destaca al menos tres causas detrás de la falta de interés por el nuevo proceso. Primero, “un agotamiento en torno al tema constituyente”. “Creo que hubo un cansancio no solo en la gente que fue por la opción que no ganó (obviamente ahí hay mucha frustración y mucho desencanto), sino también curiosamente para la gente que fue por la opción que ganó. No fue como una victoria dulce para una gran mayoría, creo que ahí hay un elemento importante”.
En segundo lugar, al igual que Munita, destaca que este proceso, a diferencia del anterior, es uno donde los partidos políticos tradicionales tienen un rol mucho más relevante. “Eso también genera alejamiento, falta de interés, desconfianza, a veces pareciéramos olvidar que este fue un proceso que partió producto de un fenómeno, un estallido que en gran medida es el reflejo del descontento hacia los grupos dirigentes”. “Claramente el rol que juegan los partidos políticos desde la nominación de los expertos hasta la definición de los candidatos y candidatas de esta elección tiene un impacto”.
Finalmente, el historiador añade que “nadie se ha hecho cargo de generar interés. Desde estas mismas autoridades constituidas no ha habido un plan de los partidos políticos de ningún lado de cara a las elecciones”. Esos tres factores, concluye, no solo explican la falta de interés, sino que explican por qué el desinterés “pareciera aumentar”.
