Según el último índice de inclusión financiera IPSOS-Credicorp (2022), Chile es el país con mejores resultados de la región, solo superado por Panamá, en términos de acceso a instrumentos financieros, uso y calidad percibida. En Chile, solo el 8% de los mayores de 18 años no se encuentra conectado al sistema financiero, mismo porcentaje que no cuenta con mecanismos formales de ahorro; cifras muy por debajo del resto de Latinoamérica.
El acceso a las tarjetas de crédito y a los medios digitales de pago han hecho explotar el e-commerce en el país. Una alta bancarización y un alto nivel de acceso a internet –superior al 90%– generó que en 2021 el comercio electrónico vendiera localmente unos 12 mil millones de dólares en Chile, representando el 13% del total de las ventas del comercio, según la Cámara de Comercio de Santiago, y con proyecciones de una tasa de crecimiento anual del 20% hasta el año 2025.
En esa línea, Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, comenta a AIM Chile que “pese a que aún tenemos deudas por saldar en materia de inclusión financiera, nuestro país va dando sucesivos pasos en la dirección correcta”.
La democratización de la banca ha generado una serie de consecuencias. El primero, destaca el experto, es el acceso a una mejor calidad de vida. “Esto es parte esencial del modelo de desarrollo que ha permitido a Chile liderar la región en las últimas décadas. Una serie de regulaciones modernas, como la nueva ley Fintech, harán posible continuar con la penetración de los medios digitales de pago y otros servicios financieros, entregando más oportunidades para las personas y las empresas”, sostiene.
Sin embargo, el acceso a la banca también generó un aumento de las deudas del hogar. De acuerdo con datos de la CMF, durante 2022 la carga financiera del deudor representativo estuvo cerca del 17% y el apalancamiento alcanza 3 veces sus ingresos. Por otro lado, según información del Informe de Deuda Morosa que prepara la Universidad San Sebastián y Equifax, la morosidad hoy alcanza al 28% de los mayores de 18 años, totalizando 4.127.000 personas, con un alza significativa en los últimos 12 meses.
Perspectivas
De acuerdo con la última Encuesta Financiera de los Hogares, el 57,4% de los hogares en Chile tiene alguna deuda. Además de las deudas hipotecarias (que ronda el 19% de todos los deudores), las motivaciones no asociadas a la compra de un inmueble son: gastos educacionales (23%); compra de vehículos (17%); cancelar otras deudas (12%); financiamiento de actividad empresarial (10%) y compra de artículos durables para el hogar (8%). El estudio también reveló que el hogar promedio en Chile gasta el 21% de sus ingresos mensuales al pago de sus deudas.
Pese a eso, el consumo no se ha visto alterado. El Banco Central mostró que en el último trimestre de 2022 el consumo de los chilenos subió a un mayor ritmo que los ingresos. Algunos economistas incluso han destacado la “resiliencia” del consumo en Chile.
“Todavía hay platas de los retiros desde las AFP que no se han gastado. Los saldos en las cuentas vista de las personas todavía están por arriba. A la gente todavía le queda plata por gastar. La caída del tipo de cambio también es buena para el consumo y la inflación. El aterrizaje del consumo podría ser más suave de lo que se estaba pensando y eso evitará una recesión profunda”, dijo a La Tercera Alejando Fernández, economista y socio de la consultora Geminis.
En la misma línea, Francisca Pérez, economista del BCI, comenta que “las mejores perspectivas para Chile este año tienen que ver más con consumo que con inversión. El consumo no ha bajado tanto como lo habíamos previsto. Servicios también está fuerte. Eso es lo que puede ayudar al crecimiento de este año”, afirmó también a La Tercera.
