Desde marzo y hasta octubre de este año se llevará a cabo la Actualización Precensal para el Censo 2024. El objetivo de este operativo, donde el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) realizó un despliegue en 80 comunas que concentran el 70% de la población del país, fue evaluar el flujo de producción y los procesos establecidos para el Censo que se realizará el próximo año. En este contexto, hace unas semanas se difundió un video donde se agredía verbalmente a una encuestadora que formaba parte del Precenso, increpando y asegurando que pedir este tipo de información “no era legal”.
Tras asumir como directora subrogante del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y luego del anuncio del nombramiento de Ricardo Vicuña como nuevo director, a partir del primero de agosto, Daniela Moraga volverá a su cargo previo como subdirectora de operaciones de la misma institución. En esta entrevista, aún en calidad de directora, relata la relevancia del Censo, sus dificultades, la labor de los encuestadores y las consecuencias que tiene la desinformación en el mundo de las encuestas.
-¿Cuál es la importancia del Censo en la toma de decisiones públicas?¿Cuál es su importancia para el mundo privado?
– Es una oportunidad única de conocer información y hacer caracterización a niveles más desagregados en términos territoriales. Nos ayudan a conocer quiénes somos, cuántos somos, cómo estamos distribuidos y con eso se pueda tomar distintas decisiones de política pública. A nivel privado hay varias decisiones de inversión o de creación de nuevos negocios que se pueden ratificar a partir de la observación de estas características poblacionales.
-¿Cuáles han sido los principales desafíos con los que se han topado en este Precenso? ¿Qué diferencias han podido evidenciar en comparación con otros años?
-Este Censo en particular va a ser muy relevante porque desde el 2017, que fue el último, hay ciertos fenómenos que han modificado nuestra distribución y nuestras características como población. Hubo una pandemia y también un shock migratorio, pero también, culturalmente, nuestro país ha variado y hay temas que han tomado mucha más fuerza. Por ejemplo, el miedo al otro y la preocupación por la seguridad. Eso también afecta directamente a un Censo de población que se basa en el trabajo de entrevistas a personas, porque se genera una barrera mucho mayor. Las tasas de rechazo en el país, si uno mira las encuestas, han tenido un aumento y esto también se explica por la diversificación de los medios de comunicación y las redes sociales. Hoy día tenemos un desafío para poder distinguir una información verdadera de una que es dudosa o derechamente fraudulenta.
-En esta línea, uno de los factores que explica la actitud de las mujeres que agredieron verbalmente a la encuestadora del INE durante el Precenso fue justamente la desinformación ¿Cuál es la visión del INE sobre este episodio?
-Lo primero es insistir en que rechazamos categóricamente cualquier tipo de agresión a una persona que está cumpliendo una labor de beneficio público, que está aportando a que exista todo un proceso de producción que deriva en mejor conocimiento de la realidad social y económica del país. Es válido querer tomar una pausa y verificar, pero lo que no nos parece bien es que por el solo hecho de intentar explicar en qué está la persona se le insulte. Esto también nos pone en alerta a todos quienes hacemos producción de estudios de opinión pública y de mercado sobre la importancia de contar con más herramientas para facilitar que las personas tengan donde verificar la información que están dando nuestros encuestadores.
-¿Cómo creen que se pueden evitar situaciones como esta a futuro?
-Lo más relevante es que la gente entienda cuál es el beneficio de responder a este tipo de encuestas para ellos y para su comunidad. Nosotros buscamos estar lo más presentes posibles en distintos medios de comunicación y mediante distintas estrategias, porque los medios oficiales son una cosa, pero uno entiende que también hay un trabajo territorial que hacer. Yo creo que esto debe ser acompañado de un diálogo pedagógico, donde se explique a las personas que los estudios tienen un rol a la hora de comprender la sociedad en la que vivimos y de disponer de información para poder tomar mejores decisiones.
-¿Cuál es la importancia de las y los encuestadores para el INE y para todo el operativo que implica el Censo?
Las y los encuestadores son la base de nuestro trabajo, son nuestra puerta de vinculación con la población. A través de ellos, tú tienes la posibilidad de que un grupo de personas sean capaces de representar las distintas realidades de la población completa. Además, es muy importante el trabajo que se realiza en terreno porque llegas a aquellos lugares donde no llega la institucionalidad y eso es parte de los principios de las estadísticas oficiales. Sin el trabajo de los encuestadores todo ese panorama o no existiría, o existiría, pero con información parcial. Por eso es tan relevante cuidar ese grupo de personas, ayudar a su perfeccionamiento, ayudar a que también tengan buenas condiciones de trabajo.
-Llevando el tema de las encuestas y los estudios a un plano más general ¿Cuál consideras que es el aporte de estas a la sociedad?
Son un gran vehículo que nos permite traducir la voz de las personas a información que ayude a tomar decisiones a nivel nacional. Y para las personas, que yo creo que esto es algo que nos falta explicar, es la oportunidad de reflejar su realidad y la realidad de gente que vive las mismas condiciones que ellos, es la oportunidad de representar esas experiencias en un estudio que luego nos habla del conjunto de la población objetivo del estudio. Es una gran oportunidad de tener información actualizada de la realidad social y económica del país.
-¿Qué consecuencias puede tener la desinformación circulante sobre las encuestas y sobre la sociedad a largo plazo, incluyendo el Censo?
Yo diría que nos pone en riesgo como sociedad. En el mundo de las encuestas obviamente nos afecta porque si nos deja sin el elemento base que es la respuesta de las personas, entonces nos deja sin posibilidad de conocer esa realidad, o nos deja en una situación donde damos a conocer ciertos resultados, pero con niveles de precisión bajos. Mientras más “no respuesta” exista, mayor es el nivel de error y mayor es el sesgo. Por eso es importante cuidar la información que circula en torno a los distintos estudios que se realizan, pero también es importante que como sociedad logremos hacer un ejercicio pedagógico. No sacamos nada con condenar a las personas porque creyeron en una información falsa, porque eso solo nos segmenta, corta comunicación, y el ejercicio debería ser al revés: mientras más comunicación, más evidencia, tenemos más posibilidad de dialogar, de relacionarnos y de entregar herramientas para poder distinguir cuál es la información que efectivamente yo puedo considerar como evidencia para tomar decisiones.
