Jorge Steiner
En 1974, Jorge fundó, junto a otros socios, Consultores Asociados de Marketing. “Llevar a cabo estudios de mercado en todas sus proyecciones sin los apoyos computacionales que existen desde el inicio de este siglo no era fácil, eso significaba -en la realidad- que todos los socios de las empresas que nacieron a fines de los años 70 o a inicios de los 80 dedicaban prácticamente todo su tiempo a su trabajo en ellas”, recuerda.
Una de las principales consecuencias de eso fue que no había ni tiempo ni ganas de establecer algún tipo de relación que no fuera la dura competencia por sobrevivir, cuenta. Por eso, era prácticamente imposible pensar en una asociación. Hasta que, en 1985, “algunos de los socios y dueños nos juntamos y llamamos a una reunión a todas las empresas que conocíamos. Así nacía AIM. Tuve el honor de ser elegido por mis pares presidente, por unanimidad, por un período de dos años”.
Junto con otros dos asociados que conformaban esa primera directiva, Jorge se dedicó fundamentalmente a dar los primeros pasos en aspectos legales y administrativos de la asociación, pero principalmente a asentar las bases de una sana competencia, vale decir: “hacer posible sentarnos alrededor de una mesa y conversar sobre los problemas que nos aquejaban a todos”. “Toda la interacción mejoró notablemente tras una invitación a comer a mi departamento en la época. Este hecho se repitió en varias otras casas posteriormente, no éramos íntimos amigos, pero empezamos a competir lealmente”, detalla.
Rafa Céspedes
Aunque ha observado lo que AIM hacía desde fines de los años 1980, Rafa Céspedes recuerda particularmente el rol que tuvo AIM, en 1999, con el congreso de ESOMAR. “AIM comenzó a funcionar como un puente entre lo que pasaba en el mundo de la investigación afuera y lo que ocurría aquí en Chile. Eso antes no existía en nuestro país”.
Además, en la misma época empezó a haber una mayor penetración en Chile de los computadores de uso personal, lo que marcó un antes y después en la industria. “Se abrió por primera vez el espacio de poder hacer algún tipo de auditoría o empezar a controlar de mejor manera la calidad y romper la idea de que cada empresa hacía lo que quería y cómo podía”.
Asociado a lo anterior, dice Rafa Céspedes, en los 2000 la asociación empezó a vincularse con empresas de investigación trasnacionales. “Empezamos a armar comités de trabajo conjunto”, detalla.
Todo eso, sostiene, ha ido consolidando a la asociación. Hoy, bajo su visión, esta debe seguir velando por “entender los cambios que está viviendo la industria y acompañar a sus asociados en estos procesos, entendiendo que hay temas colaborativos, temas que debemos enfrentar como gremio donde hoy la unión hace la fuerza”. “Si no estamos unidos frente a las amenazas y cambios lo más seguro es que no pueda una empresa sola solucionar ese cambio de manera individual. Como lo hemos dicho ya como eslogan, esta es una asociación gremial, la hacemos entre todos, eso no hay que perderlo de vista”, concluye.
Claudia Scherman
Claudia Scherman asegura que para quienes son miembros de la industria, los principales avances en AIM han sido su determinación para convertirse en un referente activo de esta: “en ampliar su alcance a quienes desarrollan esta actividad de manera individual, además de recoger en su estructura lo que históricamente siempre fue parte del mundo de la investigación de mercado, la fuerte participación femenina”.
Para los clientes, comenta, el principal valor de AIM es visualizar cada vez más el valor del gremio y el alcance e implicancias de ser miembro de este, aportando certificación y validación del rigor de la tarea. Finalmente, para la ciudadanía en general, “AIM cumple un rol de instar permanentemente a la industria a modernizarse, exigirse y asumir un rol activo que retorne a la comunidad”.
La expresidenta destaca que AIM, tal como otros actores sociales, “ha entendido que el desarrollo depende de vincularse, motivando e instando a sus miembros a debatir, participar y potenciar la investigación de mercado como un quehacer relevante”. “Esto debiera motivar, sin lugar a duda, a que otros actores de la industria se integren, por el aprendizaje colectivo, la co-construcción de contenido relevante para aportar socialmente y la visualización que este proceso permite”, destaca.
Juan Pardo
Juan Pardo comenta que desde que Feedback se integró a AIM, ha sido testigo de muchos avances, pero en el detalle cree que el período de la pandemia generó cambios “bien notables” en la dinámica de la organización. “En particular veo como un logro que se haya consolidado una red regional de contactos con organizaciones similares de otros países, lo que nos ha permitido ampliar nuestra red de influencia, realizar actividades conjuntas y generar vínculos con otras asociaciones y organizaciones de investigación de mercado tanto a nivel regional como global”, comenta.
Otro de los grandes aspectos que destaca es la demanda creciente que tienen los socios de AIM desde los medios de comunicación para analizar el estado de la opinión pública y, por lo mismo, la responsabilidad de ser voceros de estándares éticos de la investigación. “En realidad, siento que esta es una de las grandes vocaciones de AIM, la de ir promoviendo activamente la producción de conocimiento objetivo en la industria de la investigación de mercado y la opinión pública, combatir la desinformación y alertar sobre malas prácticas, especialmente en periodos electorales”, sostiene.
Uno de los aspectos más significativos de pertenecer a la AIM en la actualidad, defiende, “es su compromiso con los estándares de investigación de alta calidad y la promoción de prácticas éticas en la industria”. “Estar hoy en la AIM te permite el acceso a una gran cantidad de recursos intangibles, que incluye compartir experiencias profesionales con la comunidad de investigadores, conocer en detalle investigaciones de la industria, acceder a informes oficiales de organismos internacionales sobre mejores prácticas, y eventualmente nuevas posibilidades de negocios, aspectos que son invaluables para mantenerse competitivos e informados en la industria”, defiende.
“Ser miembro de AIM te confiere un sello de credibilidad y confianza en el trabajo profesional bien hecho; ser miembro de AIM significa también el compromiso de sus propios asociados para mantener altos estándares éticos y profesionales en la industria, contribuyendo a mejorar la reputación y credibilidad de la actividad. Al unirse a AIM, las empresas deben alinearse con los mejores estándares para la práctica de la investigación de mercado y opinión pública en Chile, lo que en última instancia conduce a una mejor toma de decisiones y una comprensión más profunda de los mercados a los que sirven”, concluye.
