Bachiller en Humanidades y Periodista, Claudia Scherman Badía siempre dice que el destino le abrió la puerta a la investigación de mercado de forma temprana, en su primera relación laboral formal. “En ICCOM, allá por el año 1999, empezó el aprendizaje por un oficio del que me enamoré, tanto por su fondo científico como su espacio para la creatividad”, comenta.
La profesional, quien hoy es gerenta y socia de elfoco Investigación Estratégica, afirma que, en su experiencia y conocimiento, “la mujer en esta industria ha tenido una participación relevante, tanto en número como en aporte significativo. Localmente esta actividad parte con un grupo de tres o cuatro profesionales en el que estaba Cristina Rendic, uno de los primeros referentes de la industria”.
“En las tres empresas en que me desempeñé antes de independizarme tuvieron o tenían Gerentes Generales mujeres, incluso yo llegué a ser una de ellas, así como miembro del directorio y luego Presidenta de AIM (en 2013). Asimismo, a la cabeza de la dirección de proyectos, la proporción por género es a lo más 3 hombres por cada 7 mujeres. Esto disminuye en el ámbito más operativo, pero casi nunca es menor a la paridad”, comenta.
Claudia Scherman Badía destaca que todo lo anterior no ha sido el resultado de una política de equidad, sino “más bien una selección natural asociada al rubro y las habilidades que requiere de su recurso humano”.
Puestos de liderazgo
Desde el punto de vista de cargos de liderazgo, la periodista es clara: “Me siento orgullosa de afirmar que el liderazgo femenino en esta industria se vive de forma natural. Como decía, nunca he percibido que sea un tema el ser mujer u hombre, salvo muy raras excepciones del lado del cliente cuando recién comencé hace más de 20 años”.
Claudia Scherman Badía relata que en cada uno de los roles y puestos que fue asumiendo, o lo que vio a sus amigas y compañeras asumir, quienes estuvieron a su cargo fueron sus pares o sus jefes. “Ellos apoyaron mi crecimiento profesional y valoraron mi aporte a sus respectivos negocios y la industria”, comenta.
“Quizás la maternidad fue uno de los aspectos más difíciles de enfrentar, pero hoy que entendemos que la sociedad es líquida, uno se explica que, hace más de quince años, nosotras éramos las que empezamos a quebrar la rigidez con que las estructuras empresariales medían nuestro desempeño en etapas de crianza temprana”, agrega.
Al pensar en una recomendación que entregaría a las personas que, como ella, quieran sumergirse en el mundo de la investigación, la profesional pregunta: “¿Ves mi sonrisa?, no puedo evitarla”.
“No digo que el camino no ha tenido momentos de altos y bajos, pero raya para la suma, solo puedo decir que se tiren, que salten a la piscina”, afirma, añadiendo que, en su experiencia, “de este oficio uno se enamora, con todo lo que eso implica. Aprendes mucho, no sólo en términos duros y técnicos, sino de las personas, de la sociedad, de cómo se mueve el mundo. Finalmente, de cómo aportar un grano de arena en la conciliación entre el mercado y lo social, que cuando se aborda con respeto y escuchando a las personas, dejan de ser lados opuestos de la moneda”.